De límites e ideologías

Cuál es el límite

en que flaquea la moral

Cuál es el límite

en que aquello que brinda seguridad comienza a desmoronarse.

Hay espectáculos cuya temática es transportable a cualquier época, cualquier lugar.

Contratiempo ¿Cuál es el límite? es uno de ellos.

En una fluida dinámica de escenas y acciones, Gonzalo Cabalcabué coordina, desde la dirección, situaciones que, bien podrían ocurrir en medio de un drama, pero lo hace en forma de una original comedia de enredos. El Método Kairós es el lugar donde se desarrolla la obra. Un espacio negro dispuesto de forma horizontal, a pleno alcance del público.

Victoria Stecca y Elián Boren construyen el vínculo entre dos hermanos que deben buscar solución a un gran problema: una deuda de noventa mil pesos. Sorprende la tensión que manejan constantemente en el escenario y el ritmo que sostienen a lo largo de la obra. Por su parte, Juan Manuel Basteiro, Nahuel Fiasche y Belén Matoso enriquecen las situaciones llenándolas de aristas que sorprenden continuamente al espectador.

La puesta pone en jaque la hipocresía de las personas que atraviesan tiempos de crisis. Aquello que cuestionamos fuertemente en “tiempos de paz”, puede ser nuestra mejor arma en “tiempos de guerra”.

Tocaba lindo y jugaba lindo.

El vicio y las adicciones, por ejemplo, son de las cosas mayormente cuestionadas por nuestra sociedad y en Contratiempo… las ridiculizan al punto de que son parte de un condimento humorístico fundamental para la puesta

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¿Cómo cambia la opinión en tan poco tiempo? ¿Qué tan fácil nuestras posturas e ideologías se flexibilizan? Es otra de las cosas que muestra (¿critica?) la obra a la perfección.

El diseño de luces de Caio Senicato genera atención en el público y marca contrastes interesantes en las escenas. La luz es señal de transición en algunos momentos y hasta implica distanciamiento en otros. Los cambios de luces también representan saltos en el tiempo y hacen presente a la magia que caracteriza al teatro.

La escenografía y el vestuario de Lula Rojo, por su parte, completa la escena otorgando la ambigüedad necesaria para que se desarrolle lo que, en Contratiempo... es al mismo tiempo un drama, al mismo tiempo comedia.

Cuando eras gay no me hablabas así.

La dramaturgia de Fabián Asis, Gonzalo Cabalcabué y Viviana Poltrone Chávez permite a la puesta ser dinámica en las acciones y situaciones. Mediante entradas y salidas, el espectador va construyendo lo que al final del espectáculo cierra perfectamente. No fue necesario más espacio del disponible, tampoco más lugares dentro de la escena: todo ocurre allí y allí se desarrolla la situación. La música y los sonidos del espectáculo construyen también un mundo que atrapa muy fácilmente a quien observa.

La vida es una mierda.

Contratiempo… trae también el dilema del amor y el dinero (entendidas como parte fundamental de la vida según algún famoso filósofo). Donde ciento veinte mil pesos "es mucho”, donde una infidelidad no es importante, al lado de la posibilidad de salvar una vida. Y en el medio, la mentira, tan astuta y picante, tan oportuna a la vez.

Dejá todo limpio.

Otra puesta para pensarnos día a día. De cómo sostenemos nuestra ideología (¿cómo nos sostenemos limpios?), de cuán sencillamente se puede derrumbar, de-construir. Contratiempo… nos deja en tono de humor un panorama de la tragedia hecha comedia, de lo ideológico hecho trizas.

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Micaela Gaudino