La angustia del trabajo alienado. El teatro.
En el espacio, el empleo.
Varios empleos puestos en escena.
Sillas. Gente esperando. Bossa Nova.
El murmullo insoportable: reloj, acción y sonido.
En el Teatro del Abasto un grupo de actores vuelve a poner en escena un conjunto de acciones sincronizadas; situaciones que critican y cuestionan al trabajo como fenómeno social. “Cara de empleado”, “ropa de empleado”. El "empleado tipo" se parece a vos, se parece a mí. Casi podríamos decir que piensa tal como nosotros: piensa igual, por trabajar igual.
Cambio de luces (caminos de luz).
Dos personas se enfrentan al desafío de la entrevista laboral, ahí donde todo parece abrumador y falto de sentido, donde la hipocresía llega al límite de hacernos pensar: “nacimos para esto”.
Uniforme. Percusión.
Actores que ponen en escena parte de nuestro pensamiento (consciente e inconsciente) acerca del trabajo.
José Mehrez, desde la dirección, ha hecho un trabajo muy profundo sobre dinámicas en el espacio, donde cuerpo y voz componen un único universo, donde el cuerpo del actor es tanto más que suficiente para crear mundos. Vemos en esos cuerpos cansados, la vida del empleado, la nuestra, aquella que a veces resulta eterna ante los oficios y ocupaciones. Lucila Chedufau, Matias Corradino, Valentina de La Fuente, Fernando Morales, Priscila Lombardo, Florencia Rebecchi e Ignacio Torres son los encargados de cuestionar con el cuerpo ciertas temáticas tan remotas como caben en la memoria: las vidas de estas personas ya están dichas… ya se sabe “cómo es la cosa”... quizás sea cuestión de “tomárselo con soda”.
En el punto en que el trabajo es necesariamente alienado, donde la integridad del individuo queda completamente olvidada y el concepto de dignidad comienza a desmoronarse… resurgen voluntades adversas como las verdaderas vocaciones o la necesidad de aprovechar el tiempo: un coro de música barroca, el tiempo libre en familia o un rato de ocio en algún sótano, representan para estos personajes la oportunidad de fuga de aquello que día a día les consume. “¿El tiempo es dinero?”¿Cuándo lo es? Si es que, trabajando, creemos perder el tiempo cuando en realidad se trata de ganarlo (¿se trata de...? ¿...ganar qué?); si es que caemos en un pico de estrés donde todo parece alarmarnos, todo (y a la vez nada) nos llama la atención. Empleados es el conjunto de situaciones que ocurren dentro del contexto del trabajo, donde lo solemne se vuelve ridículo, donde florecen la morbosidad y el amarillismo.
Con un uso óptimo del espacio, la escenografía y la iluminación, José Mehrez ha sabido crear una síntesis de todas estas contradicciones: en cada situación aparece algo nuevo y los movimientos coreografiados se fusionan en el universo sonoro y musical de la obra: percusión corporal, voces y sonidos confluyen en la acción, llegando con fuerza y precisión al espectador.
Cada uno con sus tristezas, su desesperación, en medio de una loca necesidad de expresar angustias: estos Empleados tienen también momentos de soledad, de transición y otros momentos de socialización, donde resurge la necesidad de sonreír, de quejarse, de cantar y hasta de pegar. ¿Qué tanto bien/mal nos hace trabajar? ¿En qué nos convertimos dejando a un lado nuestras verdaderas pasiones por un pedazo de pan?
Estamos a dieta sí, estamos cuidándonos, quizás, del riesgo a lo desconocido.
Micaela Gaudino.
FICHA TÉCNICA:
Actúan: Lucila Chedufau, Matías Corradino, Valentina de La Fuente, Priscila Lombardo, Fernando Morales, Florencia Rebecchi, Ignacio Torres.
Ilustrador: Petre.
Diseño y Programación: Iván Tchacoff.
Asistencia técnica: Julián Limardo.
Asistencia de dirección: Lucila Chedufau.
Dirección y Coordinación general: José Mehrez.