Parodia de nuestro mundo / El teatro
Nos abren las puertas. Una hermosa caja negra espera adentro, y mientras nos ubicamos suenan unos bellos boleros. La imagen “típicamente teatral”, parejas bailando boleros (qué inspirador).
¿Dónde ha quedado la etiqueta de “lo teatral”, de aquello que puede mostrarse en escena? ¿Dónde ha quedado la ruptura de esa idea? En medio de la vorágine de este mundo consumista, donde todo parece excesivo (por lo tanto, vacío), donde ya no hay límites, Bengalacava vuelve a habitar la parodia como medio para el cuestionamiento. ¿O para la simple diversión? Porque para qué tenemos al Teatro sino para divertirnos?
Como en la vorágine de la actualidad, donde varias cosas ocurren a la vez (y a todas las queremos abarcar), en Bengalacava vemos muchas situaciones que suceden al mismo tiempo, en un aparente caos mantiene al espectador alerta.
Alfonso Barón es el coordinador de esta partitura que “desencaja” pero persigue cierto orden: cada cuerpo describe un circuito en el espacio y no hay baches en el tiempo ni en la superficie. El trabajo sobre el gesto y la expresividad hacen que cada detalle se vuelva atractivo y el espectador no sepa dónde mirar.
Lorena Abbiatici, Ángela Babuin, Lucila Dubuisson, Priscila Favre, Rosario Ferrari, Agostina Fiore, Marco Gianoli, Juan Martínez García, Silvina Rey, Adrián Salas Mattei y Andrés Terigi son los encargados de abordar este trabajo que es una creación colectiva e implica el tránsito a través de los estereotipos más divertidos del Teatro (“lo teatral”), el sexo, la televisión y la moda.
Aquello que podría ser una crítica o parodia a los medios de comunicación (cualquier excusa es buena para reírnos de nosotros mismos) es también el abordaje del código que la “masa” persigue: si el código es escuchar un bolero o vestirse de determinada forma, ¿por qué no puede ser hablar con la lengua afuera? Si alguien lo propone, pues el resto (la masa) también puede tomarlo. El Teatro se vuelve entonces constructor de significados y lógicas diversas, ahí donde “lo teatral” o “teatralmente aceptable” puede ser el vínculo entre las lenguas y el contacto entre ellas. El espectador se “achica” o, yendo al otro extremo, se ríe incansablemente por ver en escena aquello que no suele ver.
El choque de lenguas deriva en un sexo ridiculizado: Bengalacava aborda la parodia del contacto entre los cuerpos (cuerpos de actores y actrices), del “trabajo en equipo”, de la reacción exagerada. Alfonso Barón y su grupo de actores juegan con la “sensibilidad” del espectador, al punto de morderle el cuello mientras ríe, mientras goza. La sensibilidad es también del “oído social”, que debe escuchar cuánto gusta una mujer disfrutar de su sexualidad.
Queda lugar aún para el despliegue de las habilidades corporales, porque estos actores también son bailarines. Pero es parte de la parodia: el espacio para el “teatro en serio” es interrumpido y da lugar al desfile (recurso novedoso porque siempre se renueva: donde aparece un cuerpo nuevo, hay una nueva situación y el ojo del espectador sigue ahí).
Bengalacava es una oportunidad para reírnos de nuestra sociedad, sus peores (mejores) clissés, los excesos y grotescos. La chance para librarnos de nuestros prejuicios y nuestras censuras, donde como en nuestro mundo, “todo vale”, en relación al código socialmente aceptado.
Micaela Gaudino
Ficha técnico artística
Actúan:
Lorena Abbiatici, Angela Babuin, Lucila Dubuisson, Priscila Favre, Rosario Ferrari, Agostina Fiore, Marco Gianoli, Juan Martinez Garcia, Silvina rey, Adrián Salas Mattei, Andres Terigi
Coordinación: Alfonso Barón