De idiomas y teatro
Cuatro actores y actrices franceses. Franceses y francesas. Como si esto fuese un dato de color. Los domingos en el Brío Teatro se cuentan las vivencias de un grupo de actores franceses que vinieron a vivir a la Argentina. ¿”Pourquoi” (podríamos preguntar, casi vulgarmente), estas personas que nacieron en un país del primer mundo vendrían a vivir al nuestro? ¿Por qué preferirían Argentina a Francia?
Libertad, Igualdad, Mayonesa es el tránsito de un intento de explicación/respuesta (si es que la hay): apabullados de preguntas y estímulos sonoros del exterior (“¿Así que sos francesa? ¿No me hablás un poquito?”), Camille Belmont, Hervé Segata, Sophie Tirouflet y Lucas Trouillard muestran una serie de escenas donde impera el juego y la comicidad. Se trata, claramente, de un acuerdo entre actores pero basado en una vivencia. Investigarán sobre la actuación, pero en torno a un disparador: lo que ellos mismos viven/vivieron.
Trasladando escenas de la famosa película Esperando la carroza, Omar Possemato construye desde la dirección (y a partir del trabajo de los actores) una divertida dinámica de espacios, de circuitos, donde la voz y el lenguaje cumplen un papel primordial. Siempre dentro del código de la parodia, hayamos en la obra algunos estereotipos que solemos “frecuentar”: allí está, por ejemplo, el francés que habla castellano, a quien le patina la “R” constantemente. Libertad, Igualdad, Mayonesa también pone en evidencia estos estereotipos para reírse de ellos.
De tanto en tanto las escenas se repiten, cambian los actores y los modos de decir. El idioma se fusiona, se confunde: ya no hay lugar para estereotipos. ¿Son argentinos? ¿Son franceses? Si dicen “gil” y escuchan un tango; si comen “crêpes” y dicen “oui”… El público, seguramente, se compone de espectadores de diversas nacionalidades. ¿Qué más da? Si, por suerte, es teatro, es cuerpo, es acción. Antes de que aparezcan los subtítulos, ya están disfrutando. Aunque no entiendan (¿para qué entender significados? o, en todo caso ¿qué significa y qué no?) es el cuerpo quien habla por la voz o, mejor dicho, cuerpo y voz son la misma cosa. La expresión es lo que cuenta y las personas comparten el ARTE (teatro) como idioma universal.
En un juego constante donde la sorpresa es la principal atracción para el espectador, donde la música y el espacio son investigados desde el propio cuerpo, los actores han sabido mostrar eso mismo que, en su momento, cuestionaron. Al "¿pourquoi?" contestan con: “¡Qué se yo!”. Preguntan y responden actuando. Preguntan al teatro, lo interpelan. Juegan, se divierten. Allí donde aparece la comicidad, también lo hacen el melodrama y hasta la propaganda (lo televisivo). Dentro del circuito lúdico de la actuación, en un divertido intercambio y asociación de ideas y palabras..."¿Pourquoi?": no lo saben. Quizás tengan una sola certeza que logran transmitir a la perfección: el teatro es juego y el arte (idioma universal) es el que hace al entendimiento entre las personas, aquel que nos sigue conmoviendo y que construye identidad.
Micaela Gaudino